Entraron abrazados a un hotel y la sacó dentro de una maleta

La mujer se encontraba de vacaciones en Nueva Zelanda y cumplía 22 años el día que falleció. Habría sido ahorcada mientras mantenía relaciones sexuales.

Wellington. El caso de la joven británica Grace Millane, hallada muerta en una maleta en Nueva Zelanda en diciembre de 2018, inició el proceso de juicio en el que se dictaminará si su fallecimiento, a manos de una pareja sexual que conoció en Tinder, fue un accidente o un homicidio culposo.

Grace Millane se encontraba haciendo turismo por Nueva Zelanda como parte de un viaje planeado de un año al extranjero después de graduarse de la universidad. Fue vista por última vez con vida en la noche del 1 de diciembre y no contactó a su familia al día siguiente, cuando cumplía 22 años, lo que les causó preocupación.
El cuerpo de Grace Millane fue encontrado en una maleta enterrada entre los matorrales de un área boscosa en la cordillera Waitakere, cerca de Auckland, una semana después de su desaparición.

Las investigaciones por parte de las autoridades arrojaron datos escabrosos. El día de su muerte, Grace Millane conoció a su asesino a través de la aplicación de citas Tinder. El nombre del hombre neozelandés, de 27 años, se mantiene en secreto por ahora por orden judicial.
Según el medio The Guardian, Grace Millane conoció al hombre justo antes de las 5:45 p.m. del 1 de diciembre. Luego de caminar y beber, ambos se dirigieron a las 9.41 p.m. al hotel CityLife, lugar donde se registraron por última vez imágenes de la joven británica con vida. La pareja ingresó a la habitación del acusado, en el tercer piso.
Grace Millane habría fallecido cuando su pareja sexual la asfixiaba mientras mantenían relaciones sexuales.
Durante el juicio, el fiscal de la corona, Robin McCoubrey, señaló que varias cámaras filmaron a Grace Millane y al hombre besándose y disfrutando de su tiempo juntos el 1 de diciembre en una hamburguesería, un café mexicano y luego un bar.

“Estaban claramente cómodos en la compañía del otro” antes de entrar juntos a un hotel, dijo el fiscal.
A las 6 de la mañana del 2 de diciembre, el acusado buscó en Google “rigor mortis”, “bolsas de lona con ruedas”, “pájaros que comen carne” y “hay buitres en Nueva Zelanda”. También investigó limpiadores de alfombras industriales, alquiler de autos y playas cerca de Auckland, detalla The Guardian.
El fiscal añadió durante el juicio que el acusado también buscó “Waitakere Ranges” (lugar donde se halló la maleta con el cuerpo de Grace Millane), tomó fotos íntimas de su cuerpo y vio pornografía.
Posteriormente, el hombre alquiló un automóvil y compró una maleta, metiendo el cuerpo de Grace Millane en ella. Le envió un mensaje a otra mujer para confirmar una cita que había acordado anteriormente en Tinder, y le habló sobre cómo alguien podría meterse en problemas por homicidio involuntario después de un sexo duro que salió mal.

No parece preocupado por la presencia de un cadáver en su apartamento (…) y tiene una cita con otra mujer en un bar”, añadió el fiscal, según el medio Radio Nueva Zelanda (RNZ). “Puede pensar que está probando una versión de los eventos en los que más tarde tendrá que confiar, para ver cómo suena”.
Por su parte, los abogados defensores del hombre aseguran que Grace Millane murió accidentalmente como resultado de un acto sexual consensuado que salió mal.
Ian Brookie, el abogado defensor, dijo que el hombre había restringido la respiración de Grace Millane con su conocimiento y aprobación.
“En pocas palabras, esta muerte fue un accidente”, señaló el abogado, según RNZ. “Ciertamente no la asesinó”.
Se espera que el juicio dure unas cinco semanas y la familia de Grace Millane estará presente, según informes de los medios de Nueva Zelanda.
La muerte de Grace Millane tocó profundamente a Nueva Zelanda, que se enorgullece de dar la bienvenida a los turistas y donde muchas personas viajan al extranjero también. Cientos de personas asistieron a vigilias a la luz de las velas después de la muerte de la joven británica, y la primera ministra Jacinda Ardern habló sobre los neozelandeses sintiéndose “heridos y avergonzados” de que la mataron en su país.

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