El caso conmocionó a todo Estados Unidos. Cómo fueron los macabros hechos donde Chris Watts asesinó a su esposa y a sus pequeñas hijas para luego arrojarlas en un tanque de petróleo.
Chris Watts es un hombre de Estados Unidos que un día apareció ante las cámaras de televisión y suplicaba información sobre el paradero de su esposa y de sus hijas. El no paraba de llorar en cada aparición pública. Sin embargo, todo formaba parte de un espectáculo que él mismo había montado.
Antes de todo ese show, el 13 de agosto de 2018, Chris Watts cometió el macabro crimen: estranguló a su esposa Shanann en su casa y luego asfixió a sus hijas: Bella, de cuatro años, y Celeste, de tres años. Después confesó haberlas asesinado. se declaró culpable y recibió cadena perpetua.
Es el hombre más odiado de la prisión
Por los crímenes, Chris Watts se hizo conocido como el «monstruo de Denver» y ahora pasa sus días en prisión. Está fuertemente resguardado y es despreciado por todos los presos.
En la cárcel no sale de su celda y allí pasa sus días leyendo la Biblia y también escribe muchas cartas a sus amigos, según reveló una fuente de la Dodge Correctional Institution, la prisión de máxima seguridad de Wisconsin, Estados Unidos, donde Watts se encuentra recluido tras ser condenado a cadena perpetua en noviembre 2018.
La confesión de Chris reveló una historia atroz, que es exactamente lo que el documental “American Murder” explora con una serie de imágenes de archivo.
La fuente, con quien Watts suele conversar, reconoció parte de esos diálogos a la revista People: “Nadie quiere tener nada que ver con él. Está en el nivel social más bajo de toda la prisión. Está bajo custodia protectora porque si está cerca de otros reclusos, correría un peligro real”. Según la fuente, Watts -que ahora tiene 36 años- puede pasar días sin hablar con nadie e incluso hasta lo evitan los guardias de seguridad.
“Es probablemente el hombre más odiado en esa prisión porque mató a niños. Hay un orden jerárquico definido en la cárcel, y alguien que hiere o mata a los niños está en el fondo”, confirmó la fuente. Y agregó: “Escribe a sus amigos por correspondencia y también le envían cartas. Es literalmente todo lo que puede hacer en este momento”, aseguró.
El caso que estremeció a Estados Unidos
En noviembre de 2018, luego de ser condenado, Chris Watts relató por primera vez a las autoridades su macabro crimen. Como se recuerda, el asesinato en los suburbios de Denver comenzó con la denuncia de desaparición de Shanann y sus hijas, y las súplicas en televisión de Chris Watts en donde pedía que regresaran a salvo en agosto de 2018.
La casa en la que Chris Watts asesinó a su esposa embarazada y a sus dos hijas estuvo en venta durante un año. Pero jamás encontró compradores a causa de su macabra historia.
A los pocos días, Watts fue arrestado por la policía y luego se declaró culpable. Todo lo hizo a cambio de que los fiscales no buscaran la pena de muerte. Sin embargo, no proporcionó en ese entonces un relato completo sobre los asesinatos y su verdadero motivo.
Las autoridades que consiguieron la declaración de Watts le dijeron que “su vida y su situación eran únicas y queríamos entender completamente lo que sucedió”, según se lee un resumen escrito de la entrevista. Una grabación de audio indica que Watts, de 33 años en ese momento, no dudó jamás en hablar. Reconoció que él era el único responsable de los asesinatos, dado que había mentido con anterioridad al decir que mató a su esposa después de que ella estrangulara a sus hijas, Bella y Celeste.
Los detalles que dio el asesino
El asesino detalló que estranguló a Shanann, de 34 años. Lo hizo en su cama el 13 de agosto de 2018. Según sus palabras, sucedió después de que él le dijera que su matrimonio había terminado y que ella respondiera que nunca volvería a ver a sus hijas. Él confesó a la autoridades que su esposa sospechaba correctamente que estaba teniendo una aventura con otra mujer, pero que el no se lo contó.
Después de estrangular a Shanann, Watts dijo que su hija Bella entró en su habitación agarrada a una manta y le preguntó qué le pasaba a su madre. Watts le dijo que ella no se sentía bien. Su hija continuó mirando mientras Watts envolvía el cuerpo en una sábana y comenzó a llorar cuando lo lanzó por las escaleras de su casa, informó. Watts dijo que puso su cuerpo en el piso del asiento trasero de su camioneta. Cuando entró, Celeste también estaba despierta.
“Todos los materiales de esta película fueron capturados por la policía, los medios de comunicación o subidos a internet», advierte el documental de Netflix.
El asesino relató que puso a las chicas en el asiento trasero de la camioneta. Cada hija tenía una manta y llevaban un muñeco de peluche. Watts afirmó que no tenía ningún plan para sus hijas, pero condujo hasta su lugar de trabajo, a 60 kilómetros de su casa. El trabajaba allí como operario para un productor de petróleo y gas.
Le dijo a la policía que sacó el cuerpo de Shanann de la camioneta cuando las niñas le preguntaron: “¿Qué le estás haciendo a mamá?” Dijo que regresó a la camioneta y usó las mantas de sus hijas para asfixiarlas. Primero a Celeste y luego a Bella. Según el asesino, las últimas palabras de sus hijas fueron: “¡Papá, no!”, y agregó que Bella luchó debajo de la manta.
Watts insistió en que no planeaba matar a su esposa ni a sus hijas. “Si hubiera pensado, esto no habría sucedido”, dijo. Además, Watts reconoció a los investigadores que se declaró culpable para evitar un juicio prolongado ante la familia y que no se sintió presionado por sus abogados para llegar a un acuerdo con los fiscales.
Por último, Watts también informó a las autoridades que tiene fotos de su esposa e hijas en su celda y les habla “todas las mañanas y todas las noches”.
La «Casa del horror» que nadie quiere comprar
La casa donde habitaban está puesta en venta desde hace dos años. Pero nadie quiere esa vivienda «por su sórdida historia», de acuerdo a lo que dicen los agentes inmobiliarios.
El «monstruo de Denver» nunca terminó de pagar su hipoteca en el momento en que cometió los crímenes. El prestamista ejecutó la propiedad, pero nadie pujó por ella en la subasta. Luego, el mismo acreedor puso en venta la casa durante un año, pero tampoco encontró compradores. Finalmente, la retiró de la ejecución hipotecaria y, técnicamente, la propiedad aún pertenece a Watts.
El criminal carga con sus propias y pesadas deudas. En 2019 acordó el pago de US$6.000.000 a la familia de su esposa Shannan, que le había iniciado una demanda civil por homicidio culposo. De modo que, si alguna ganancia le entrara a Watts por la venta de la casa, iría hacia los padres de su esposa. De todos modos, la casa sigue sin venderse y es un misterio que pasará con su futuro.
“American Murder”: el documental que expone todo el horror
Creado por la directora Jenny Popplewell y el productor ejecutivo ganador del Oscar James Marsh (Man on Wire y The Theory of Everything), el documental se centra en el misterio detrás de la muerte de Shannan Watts, de 34 años, y sus dos pequeñas hijas, quienes desaparecieron de su casa en Frederick, una pequeña ciudad de Colorado, en 2018.
El tráiler de American Murder: The Family Next Door, uno de los documentales sobre crímenes reales en Netflix que buscó darle una voz a Shannan Watts y a las hijas e intentar revelar qué fue lo que llevó a un hombre «normal» y aparentemente feliz a cometer un brutal asesinato y después pedir ayuda de la policía alegando que su familia había desaparecido sin dejar rastro.
La búsqueda de Shannan y sus hijas duró solo unos días hasta que finalmente Chris reveló que había asesinado a su esposa y a las niñas y escondió sus cuerpos en un sitio de almacenamiento de petróleo que le pertenecía a su jefe.
La confesión de Chris reveló una historia atroz, que es exactamente lo que el documental explora con una serie de imágenes de archivo, las publicaciones en redes sociales de Shannan y algunos videos que ella misma tomó. El documental también presenta grabaciones policiales, mensajes de texto y videos caseros de familiares y amigos que no se habían revelado antes.