Ciudad de México
Una pareja brasileña que tenía todo listo y arreglado para su boda no se pudo casar por una simple broma de ella que no le gustó al juez.
Para celebrar la boda civil invitaron a familiares y amigos cercanos, y habían decorado todo el lugar de manera elegante para tener una celebración espectacular.
Cuando el juez les preguntó si estaban por voluntad propia y aceptaban formar un matrimonio, el novio respondió el tradicional ‘sí, acepto’.
Segundos después, el juez le hizo la misma pregunta a la mujer: ‘¿aceptas a este hombre como tu legítimo esposo?’. Ella respondió con un rotundo no, pero rápidamente empezó a reír dando a entender que era una broma y respondió que sí.
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